lunes, 12 de noviembre de 2018

Oportunidades

Hablemos de las oportunidades, esas "cosas" que aparecen y te plantean una disyuntiva

Lo hago o no lo hago

Les contaré una historia de mi niñez y su posterior desenlace

Cuando era niño vivía en una quinta donde habían solo 17 departamentos, yo vivía en el numero 12 y en el numero 2 vivía una anciana sola, la cual era frecuentemente visitada por su hija, su yerno y sus nietas (Abigail y Karin)

Abigail unos cuantos años mas que yo y karin de mi edad, y como todo niño de 12 o 13 años salíamos a jugar con mis amigos y sus primas que también llegaban a visitar a la abuela

Karin me encantaba, me gustaba, me tenia loco, yo podía pasar toda la tarde solo mirándola, Abigail dándose cuenta de la situación empezó a hacerme "el bajo" (para los que no saben que significa es cuando una persona habla bien de otra y da buenas referencias para intentar que entre esas 2 pase algo), hasta el punto que empezó a decirme cuñado y a su madre le decía, mira, ahí esta tu yerno.

Cuñado por aquí, cuñado por acá, la madre de ambas (Abigail y Karin) era una mujer muy guapa, le caí en gracia porque yo era el vecino preferido de la abuela, el padre, pues... como que estaba de adorno, porque nunca lo escuche opinar de nada.

En cierta oportunidad estábamos sentados en la puerta de la casa de la abuela con un grupo de amigos y primas de ella, y empezamos a jugar a la botella borracha, las primas ya se habían chapado a mis amigos y yo sudaba frió y el corazón casi se me detiene cuando el pico de la botella la señala a ella y el poto a mi, aunque ya todo estaba preparado, ese cruce de miradas cómplices entre todos era mas que evidente.

"tienes que darle un beso a Karin", el corazón me latía a mil, no había besado a nadie antes y estaba sudando frió, me acercaba lentamente y descubrí que mi mente puede procesar miles de pensamientos y temores en un segundo, fueron unos instantes eternos mientras me acercaba a sus labios, le veía el rostro y se había puesto colorada, las pupilas dilatadas, se frotaba las manos, señales inequívocas de nerviosismo y ansiedad, estaba a 1 o 2 segundos de tan glorioso momento, el cual había perseguido por meses y estando casi a punto de lograr una de las mas ansiadas cosas que quería, la puerta del departamento se abre y la voz de la madre se escucha diciendo:

" Karin ya nos vamos "

que momento incomodo, todos (mis 2 amigos, sus 2 primas, ella y yo) nos quedamos congelados, retrocedí rápidamente con lo que quedaba de dignidad, me había convertido en un soldado caído, producto de la participación del estado mayor.

Transcurrieron los días, después de eso, no hubieron mas intentos, si conversábamos, si jugábamos (escondidas, lingo, chapadas, san miguel etc) pero no mas intentos de probar aquellos labios rosados, porque en cada oportunidad que tenia de intentar hacer algo cuando nos quedábamos solos o íbamos a la tienda a comprar, simplemente me congelaba, creo que empece a tener miedo del rechazo y no por que yo haya sido feo de niño, todo lo contrario, tenia mi gracia, pero el temor a que no se logre lo que quería me paralizaba.

Al poco tiempo la abuela Nilda fallece, y no volví a ver a las hermanas ni a las primas, iban al solar solo por la abuela y ya no tenían motivo para ir.

Pasaron muchos años, me casé, tuve a mi primera hija y todo estaba bien en mi vida, por una de esas cosas del destino, me encontré con mi "suegra" (la mamá de Karin) por la calle, la salude y me respondió cordialmente, se refirió a mi como "es un vecinito de mi mama, la cual siempre le tuvo mucha consideración a este muchacho", le pregunte por sus hijas y le di mi correo (creo que los celulares aun no estaban al alcance de todos) para que se los diera, al tiempo (3 o 4 meses) encuento un correo de Abigail.

Me contó que se había ido de viaje, que estaba encantada de saber de mi, que estaba trabajando y el padre ya había fallecido, me dio el numero de su casa en Perú, me contó que su hermana (Karin) se había casado con un español, que era un vago que tenia infinidad de problemas con su madre porque nadie lo soportaba, incrustado en la casa todo el día sin hacer nada,  que su hermana no tenia trabajo y que se dedicaba a comprar y vender ropa importada, antes de despedirse me dijo, "Cuñado, fuiste un huevon, tu debiste estar con ella"

Guarde el teléfono por un par de años hasta que un día trabajando en una oficina muy tarde por la noche, agarre el teléfono y marque el numero:

- Aló ?
+ buenas noches disculpe la molestia, se encontrará Karin?
- Si? de parte de quien?
+ Dígale de Mauricio por favor
- Mauricio de Barrios altos?
+ Si?
- Hoooooolaaaa Mauricio soy Karin

fue el inicio de una larga serie de conversaciones nocturnas donde hablábamos de todo un poco, de los juegos de chicos, de la vida, del trabajo, de los hijos, etc.

En una de esas conversaciones me llene de valor y le pregunte:

- Oye Karin, dime una cosa
+ Qué Cosa?
- Porqué nunca paso nada entre tu y yo, si se notaba hasta por los poros que ambos nos gustábamos (y me respondió algo que me hizo pensar y desde ahí cambio mucho de mi comportamiento)
+ Es que tu nunca me dijiste nada, después de ese beso que casi nos damos yo tenia ganas de seguir viéndote, pero tampoco dije nada

Fue un Shock, quede en silencio unos segundos y tuve una sensación de arrepentimiento  y cólera de no haber hecho las cosas como quería hacerlas y cuando quería hacerlas.

Le dije para ir a cenar (yo estaba casado claro, pero las únicas intensiones que tenia eran las de verla nada mas), ella acepto y nos encontramos cerca de la embajada de USA en Surco, estaba delgada, con su cabello castaño claro muy lindo, seguía teniendo su carita hermosa, pero ya no era ella, la noté muy superficial, muy pegada a la ostenticidad, me llevo a un restaurante muy caro, pidió lo más caro de la carta y al final tuve que pagarle hasta el taxi de regreso a su casa.

Aprendí 2 cosas

1.- Si quieres algo, solo hazlo, que el miedo no te detenga, si aciertas y logras conseguir lo que quieres, la satisfacción será enorme y nada ni nadie en el mundo podrá quitarte esa sensación ni la experiencia vivida y si no lo consigues o no se te da, no importa, el mundo no se acaba, en la vida muchas veces no se trata de llegar primero, gana el que tiene mas persistencia.

2.- La gente cambia con el tiempo para bien o para mal y ya no son las personas que un día creíste conocer.

Después de eso hasta el día de hoy, nunca volví a quedarme con las ganas de hacer algo cuando quería hacerlo.

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