miércoles, 9 de enero de 2019

Ojos Asi.

Hace años atrás conocí a una mujer en una red social, al principio solo hablábamos de cosas banales, el clima, el trabajo, etc, poco a poco mientras cogíamos mas confianza estas conversaciones fueron cambiando y ya empezamos a hablar de nosotros mismos, de los que nos gustaba, de nuestras relaciones, la familia y de nuestro día a día, hasta ese entonces no habíamos intercambiado teléfonos.

Entraba a diario a esa red social solo para hablar con ella, no voy a negar que la foto que mostraba en el perfil era de una mujer muy guapa, cabello castaño, ojos hermosos, naricita perfecta, cuerpo delgado, senos firmes, alta; pero el interés que al menos tenia yo era solo el de conversar y tratar de entender como a una mujer tan guapa como ella (según la foto) le pasaban las cosas que me contaba

Estaba casada, tiene un hijo que a la fecha debe tener unos 11 años, tenia un marido super celoso,  me decía que no se sentía valorada ni respetada, porque sospechaba que el marido le era infiel (asunto que después confirmó), el 99.99 % de hombres con los que se había contactado en esa red social ya le habían propuesto irse a la cama, que le habían enviado fotografías de sus miembros y el único que hablaba con ella sobre otros temas que no fuera sexo o cama era yo.

Conversamos durante un par de meses hasta que quedamos en encontrarnos, no se si a uds. les ha pasado pero cuando conversas con alguien y hay empatia, carisma, buena vibra el tema físico ya no es lo importante, me pidió que fuera a Mega Plaza a las 7 de la noche, intercambiamos descripciones de como estaríamos vestidos para reconocernos, porque también pensaba que la foto de mi perfil era falsa.

El asunto es que llegue 10 minutos antes y estaba de lo mas nervioso, parecía una cita amorosa, cuando no lo era, solo íbamos a ser 2 personas que se encuentran para conocernos personalmente y para seguir conversando de los temas habituales, buscaba por todos lados a alguna mujer con la descripción que me dio y no encontraba a nadie, ya habían pasado 15 minutos de las 7 y mientras pensaba que había sido un reverendo huevon por haber ido y sentirme burlado, vi bajar una figura con la ropa que previamente había sido descrita y cuando le vi el rostro era exactamente igual a la foto del perfil, hermosa, simplemente hermosa.

Se acercó, me saludó con un beso en la mejilla, yo hice lo propio, me dijo que se le habia hecho tarde por el trafico de la zona y que me había citado en ese lugar publico y había ido con su pequeño hijo por un tema de seguridad, a lo cual respondí que era lo que yo hubiera hecho si estuviera en su posición.

Yo quede pasmado con tanta belleza, pero me concentre a lo que iba, pedimos 2 cafés y para su hijo una chicha morada y nos sentamos en uno de los tantos lugares que hay ahí para comer y conversamos de todo un poco, se desplayó mas en sus temas, en las cosas que le ocurrían y como se sentía, es raro, a veces nos liberamos contando nuestras cosas y problemas a desconocidos, quizá con la finalidad de ser escuchados y no ser juzgados y creo que hay mucho de cierto en eso, porque un extraño o alguien que no sabe de ti, puede ver la problemática desde otro punto de vista.

Todo estaba bien, hablabamos con fluidez yo escuchando para no interrumpir ella contándome mas cosas, hasta que me toco hablar a mi, Yo no soy un Adonis (por mas que mi vieja diga que si), pero creo que tampoco soy feo, y cuando me saque los lentes y tuvimos un cruce de miradas en medio de la conversación, vi como su rostro cambió totalmente tanto que ella se dio cuenta que yo me di cuenta, cuando le pregunte si todo estaba bien, ella cogió una de mis manos de la mesa y dijo:

- no lo tomes a mal, no estoy coqueteando contigo, pero tienes unos ojos muy lindos.

esboce una sonrisa picara y respondí: eso ya lo sabia, la vanidad es mi pecado favorito.

Creo que fue una de las pocas veces en que una mujer me hacia un cumplido de esa forma y me hizo sentir muy especial, la conversación estuvo de lo mas entretenida tanto, que ninguno de los 2 había terminado el café, y el hijo ya se habia tomado como 10 vasos de chicha, como se hacia tarde intercambiamos teléfonos para seguir en contacto, la acompañe al paradero, espere a que venga su combi, nos despedimos con un beso en la mejilla y yo me fui a la estación del metropolitano, a los minutos recibo una llamada, era ella agradeciéndome el buen momento que la había hecho pasar y que se había sentido muy cómoda y sobre todo escuchada que la disculpara porque se había sentido muy nerviosa cuando vio mis ojos porque de alguna manera le había gustado mucho.

Posteriormente seguimos conversando mas y mas ya de otros temas y tuvimos otras experiencias, pero hasta el día de hoy me siento muy halagado por lo que ella me dijo.